No existe el libre albedrío, y por lo tanto tampoco el mérito

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No existe el libre albedrío. No eres libre, o al menos no tanto como podrías creer. La consecuencia más práctica de esta afirmación es que tenemos que olvidarnos de la noción de mérito. Aunque sea un tema un poco anexo a las problemáticas que planteamos en el blog, me ha parecido que merecía comentarlo porque algo de relación guarda con lo que escribimos cada día.

¿No somos libres?

Suena a mala noticia. El tan famoso libre albedrío no existe. La libertad de pensamiento es una ilusión. En realidad no decidimos nada conscientemente.

No es una especulación filosófica. Es un hecho comprobado científicamente. Cada vez que decidimos hacer cualquier cosa, en realidad nuestro cerebro ya ha tomado la decisión, a veces hasta varios segundos antes. No controlamos el proceso de decisión, somos meros espectadores.

Podríamos decir que no solo somos nuestra consciencia, que pese a no influir conscientemente, la decisión de nuestro cerebro sigue siendo la nuestra, pero aun aceptando eso (que no es razonable), es imposible que la decisión no se haya tomado sin influencias (como los conocimientos previos, y la emoción del momento), y por lo tanto no sería libre. Todo, hasta nuestros pensamientos, responde al principio de causa-efecto.

¿Qué consecuencia tiene no tener libre albedrío?

En realidad, en la práctica, ser conscientes de que no decidimos libremente nuestras acciones no cambia gran cosa. Seguiremos actuando de forma parecida, aparentemente tomando decisiones que nos permitan estar mejor. No vamos a pararnos y dejarlo todo, y si lo hiciéramos, no sería realmente una elección libre.

Todo lo que contamos a diario sobre tomar acciones, decidir sobre nuestras vidas, y salir de nuestra zona de comodidad para conseguir lo mejor parece perder mucho peso si no somos libres, pero es solo una apariencia. No ser libre de decidir no cambia que una cosa sea mejor o peor para nosotros. Salir de la zona de comodidad tiene mayores beneficios que permanecer en ella, y una vez que el cerebro tenga información suficiente, puede que tome la decisión de arriesgarse.

Desaparece la noción de mérito

Lo que sí cambia al aceptar que no existe el libre albedrío, es que todo lo relacionado con el mérito deja de tener sentido. Nuestras decisiones, tanto como individuo como al nivel de la sociedad, deben reflejar esta situación, y el concepto de responsabilidad deja de tener su contenido actual. Si somos el resultado de un entorno, una genética y unas experiencias previas sobre las cuales no decidimos conscientemente, no podemos realmente ser responsables.

No debería existir ni la venganza ni la envidia. Vengarse de alguien implica hacerlo responsable de algo. Tener envidia de otra persona no tiene sentido si cada uno está donde está por influencias externas y no por libre decisión. Por supuesto decir que no existe la responsabilidad no invalida la necesidad de leyes y de cárceles, pero tendría que desaparecer la noción de castigo. El criterio para encarcelar a alguien debería ser su peligrosidad y sus posibilidades de mejorar, no la voluntad de hacerle pagar por lo que hizo.

Que no tenga sentido la noción de mérito es algo muy interesante de conocer. Permite relativizar muchas cosas de la vida, y en especial el éxito profesional.

Para profundizar

Merece la pena ver este video de Sam Harris (en inglés), donde explica porque no existe el libre albedrío. Me parecen especialmente interesantes las consecuencias sobre la vida en sociedad. Y tiene interés se compartan o no las posturas religiosas del filósofo.

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4 pensamientos en “No existe el libre albedrío, y por lo tanto tampoco el mérito

  1. Realmente no sabemos si existe el libre albedrío o estamos totalmente determinados. Aunque parece que, si existe, este es muy poco. No puedo escoger lo que haya pero tampoco se muy bien lo que escogería de poder hacerlo. Quizás el libre albedrío, pero no se. Depende. Hay momentos. La idea determinista te puede dar una cierta tranquilidad, una aceptación. O no. También te puede deprimir ese fatalismo. Supongo que cada uno lo tomará de una manera diferente y también dependerá de cada momento. Un saludo y perdón por la digresión.

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