No sé que hacer con mi vida… ¡yo te ayudo!

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Nuestros consejos de hoy van dirigido a las personas que están en el momento de la vida en el que no se sabe que hacer con el futuro. Es una fase normal y muy recomendable. Permite analizar de verdad lo que queremos, y no coger el primer camino que se nos presente. Pero a veces nos quedamos atascados. Aquí tendrás unos consejos para encontrar tu camino.

No sé que hacer con mi vida o no veo opciones

Hay una tremenda diferencia en dudar entre varias posibilidades y pensar que no hay ninguna. En general, las personas que no saben que pueden hacer creen que no tienen opciones. Es el caso de muchos jóvenes en paro (recordemos que últimamente más del 50% de ellos no encuentran trabajo).

Para determinar la situación de cada uno hay que analizar cual de las siguientes afirmaciones es la más acertada.

  1. Tengo opciones de futuro, varias me gustan pero no se cual elegir.
  2. Tengo opciones de futuro, ninguna me gusta.
  3. No tengo opciones de futuro.
  4. No sé lo que me gustaría hacer.

Caso 1: varias opciones interesantes

Es lo que podríamos llamar un “problema de rico”. Al igual que una persona que tiene una fortuna puede dudar entre varias inversiones, aquel que tenga alternativas que le gusten tiene una elección muy asumible. Una forma de solucionar el dilema es eligiendo el camino para el cual estamos mejor preparado, sin abandonar totalmente las otras vías (se pueden seguir a modo de hobbies). Probablemente la mejor forma de determinar lo que mejor nos conviene es el balance de competencias (ver párrafo más adelante).

Caso 2: ninguna de las opciones me gusta

En esta vida, la única forma de ser feliz es haciendo lo que te gusta. No podrás estar disfrutando en cada momento, habrá muchos sacrificios y malos ratos, pero solo podrás sobrellevarlos si en el fondo te gusta lo que está haciendo. Si eliges otro camino te amargarás. Por lo tanto, si no te atrae ninguna de las opciones, es como si no tuvieras ninguna (ver punto 3) o quizás no sepas lo que quieres hacer (ver caso 4).

Caso 3: no veo ninguna opción

Que no las veas no significa que no existan las opciones para ti. De nuevo puede ser que en realidad no sepas lo que quieres hacer, y entonces no veas las posibilidades (tendría que revisar entonces el punto 4). O a lo mejor sabes lo que te gustaría, pero te parece un objetivo difícil de conseguir. Entonces es que estás siendo demasiado cómodo. Estás sacrificando tu felicidad por no arriesgarte. No caigas en esta trampa. Lucha y haz todo lo posible para conseguir tu sueño. Si te apasiona el fútbol y tienes 30 años, quizás sea demasiado tarde para ser un jugador profesional, pero podría ser entrenador. El límite lo pones tú.

Caso 4: no se lo que me gustaría hacer

Las personas somos muy distintas frentes a las aspiraciones en la vida. Algunas tienen muy claro desde pequeñas sus pasiones, otras no sienten tanto las emociones y por lo tanto les cuesta más encontrar algo que les guste. Para estas personas existe una herramienta muy útil: el balance de competencias.

¿Qué es el balance de competencias?

Se trata del análisis y valoración de las competencias profesionales y personales así como las aptitudes y motivaciones de una persona. Su propósito es determinar un proyecto profesional realista y adaptado al mercado de trabajo, o en su defecto a elaborar un programa de formación.

Evidentemente, lo mejor para hacer este tipo de estudio es contactar con un experto en el campo. Existen recursos públicos gratuitos (como los especialistas en orientación profesional) y también muchas empresas y autónomos (en particular psicólogos o expertos en coaching). Esas personas son las que te pueden ayudar a formular las preguntas adecuadas que te permitirán encontrar el camino que combine tus aspiraciones con las posibilidades.

También puedes navegar por Internet y responder a algún test vocacional, como este que me encontré, pero suelen ser muy genéricos y muy poco aprovechables.

Tómate el tiempo de autoanalizarte. Piensa en las actividades que disfrutas haciendo. Apunta tus ideas. Intenta hacer una lista de 3 o 4 profesiones que te gustaría ejercer. Luego investiga sobre ellas. A veces la realidad es muy distinta de la visión romántica que podemos tener. Busca lo que necesitaría hacer para poder trabajar en ello y elije lo que más te guste. Casi todos los obstáculos se pueden superar, siempre que estés convencido de cual es tu objetivo.

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